Mi Pascua

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Mi Pascua

22 abril, 2019 Notícia bloc 2

Esta semana de pascua ha sido muy larga para mí y he tenido tiempo de hacer de todo un poco, sobre todo de disfrutar de la familia. También he hecho un pit stop y he tenido que pasar una noche al hospital dónde los acontecimientos me han obligado a hacer de nuevo un gran Trabajo mental.

También he invertido tiempo en ultimar detalles de los próximos y últimos actos o eventos que tengo antes de empezar el reto. La horchata solidaria del día 28 y la Milla de la Sagrada Familia del próximo 5 de mayo.

Yo ya era consciente hace unos días de que no estaba muy fino, y es en urgencias del hospital dónde me doy cuenta de que empiezo a tener prisa por hacer el reto. O más que prisa urgencia ya que tengo la sensación de que estoy acabando la primera temporada de la enfermedad, como si de una serie de tv se tratase.

Hasta ahora ha sido una etapa de la enfermedad y parece que hoy empiezo otra de nueva. Siempre he dicho o presumido de lo afortunado que era, dentro de ser un enfermo oncológico. Y en algún escrito, no recuerdo en cual, decía que tenía suerte de no tener dolor ya que conocía a más de uno que tomaba morfina para los dolores. Pues ya me ha llegado el día en que me han pautado la morfina. De momento sólo como rescate, es decir solo lo tengo que tomar cuándo los otros analgésicos no me funcionen como hoy. Y según los rescates que precise pasaremos a la fase 2, que será poner parches de morfina y vivir con ello hasta el fin del dolor.

Pero para dolor el de hoy cuando mis hijos lloraban al despedirse de mí, sabiendo que volvía una vez más al hospital. Esto sí que me ha roto el corazón. Esto te destroza interiormente. No es justo que mi enfermedad les castigue a ellos.

¡Morfina! Éste es otro fichaje, otro sponsor para el reto ciclista y una compañera para el reto diario de vivir.

No me asusta tener que pedalear dopado de Nolotil haciendo rescates de morfina por las noches. Me asusta mucho más que mis hijos y Mònica tengan que vivir con ello día sí y día también. Aunque no hay que dramatizar. Tengo que esperar al próximo TAC, esperarlo con la cabeza bien alta y reseteada para asimilar las noticias nuevas que pueda traer. Y hacerle un hueco en la mochila que cargo a diario. Que parece llena, pero como todas las mochilas, si aprietas a fondo, haces hueco para poner cosas, y si no cabe pues tendré que prescindir de algo, ya que después de la morfina vendrán más cosas con las que tocará cargar.

Un día mi cirujano, el Doctor Balsells, me dijo “todo ha ido bien, ahora solo falta que pases el calvario de la quimioterapia”. Pues ya he pasado 2 años y pico de calvario. Ahora me convertiré en peregrino durante unos días. Y como el cáncer me ha enseñado a disfrutar de los momentos o de los días de otra forma, disfrutaré del reto los momentos que el dolor me lo permita y al mismo tiempo me prepararé para el vía crucis que me espera después.

Al igual que en el proyecto “Del hospital a la Catedral”, en el otro proyecto, el de la Vida tampoco lo haré por mí: lo haré por Pau, Èric, Biel y Mònica.

XVR

 

2 comentarios

  1. Sonia dice:

    solo he leido este post, y me admira la aparente naturaleza con la que describes…. Interesante!! Gracias

  2. Ana María Revilla dice:

    Hola, te olvidas de tu madre, por ti cambiaría mi vida. Fue muy dura la despedida ver cómo lloraba Biel y Eric abrazados a ti, yo también lloré ,son momentos muy duros que nadie merece pasar y menos los hijos tan pequeños. Cuando me dijiste que tenías que tomar Morfina, fue duro para mí , pero hay que confiar en él Tac que te van hacer, deseo salga bien, un besazo y mucha fuerza para que todos te ayudamos a superar lo que salga. Te quiero.

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